¡Hola, amigos de FAKings! ¡Aquí Jesús Reyes de vuelta! Hoy vais a ver algo muy bonito, 😀 Todos recordaréis cómo, en el primer momento en que se pudo salir a la calle, lo primero que hice fue irme corriendo a casa de mi amiga Penélope a darle lo que necesitaba. Ella estaba ansiosa por un buen rabo, yo también estaba deseoso de pegarle un buen repaso… ¡Y el resultado fue el que ya habéis visto! Pero claro, resulta que, como estoy seguro de que ya sabéis, ¡Cada chica que prueba mi enorme rabo negro acaba repitiendo en cuanto la oportunidad se le presenta! Así que en cuanto Penélope tuvo la oportunidad de hacerlo, me llamó y me exigió que fuera directa para su casa… Donde me esperaba con su conjunto deportivo y su mejor polla de goma (ya había ido calentando motores antes de que llegara yo), para recordarme sus dotes como una de las mejores mamadoras que he visto. Pero por supuesto, ni a mí ni a nadie nos valía esa representación cuando tenía una de verdad al alcance de la mano, así que ese fue el siguiente paso: comprobar qué sabía mejor: una polla blanca de goma, o mi polla negra. ¡Os podéis imaginar la respuesta! Penélope pronto dejó sus consoladores y saltó a mi rabo sin pensárselo dos veces, para cabalgarlo a conciencia como solo ella sabe, y regalarme este polvazo que ahora podéis ver. ¡Esto sí que es una cachorrita de fuego!